Primera Vez
La primera vez de Gustavo P. fue a los 13 años. Vivía en Lugano, en una casa de tres habitaciones. El la compartía con su hermano mayor, de 16, una hermana de 19 y una de 7. Su hermano volvió una noche luego de jugar al fútbol en el parque de la vuelta, se metió en su cama y comenzó a jugar violentamente con Gustavo. En principio un juego, luego le quito el calzoncillo y luego lo violó. Gustavo no hizo ruidos esa vez. En parte porque el hermano lo ahorcaba y en parte porque sólo quería llorar. Sus hermanas sólo dormían. La situación se repetió al menos dos veces por mes. Una noche su hermana les pidió desde la cama que no hicieran ruído. Gustavo sintió que era el momento de irse de su casa. Vivió dos meses con un amigo hasta que su padre lo fue a buscar y lo cagó a palos. Su hermano lo defendió.
La primera vez de Claudio fue a los 19, con un chico que conoció por Chat. Los dos tenían la intención de sólo tener sexo, los dos necesitaban saber qué se sentía y ninguno de los dos le dijo al otro que era virgen. Claudio fue hasta Belgrano, se encontraron en un bar. Hablaron y se llevaron bien. Fueron al departamento del chico y en la escalera y en la terraza lo hicieron. El chico no quiso que Claudio entrara a su departamento. Se lastimaron. Usaron forro pero no lubricante. Igualmente, para los dos fue sublime, a pesar de la torpeza y la rapidez. Claudio supo enseguida que el sexo sería mucho más maravilloso con amor. El otro chico pensó que quizá Claudio podía ser su amor. Nunca más se vieron, pero siempre se recuerdan. Ni con cariño, ni con amor, ni con añoranza. Un recuerdo más.
La primera vez de Antonio fue en un subte. Tenía 15 años. Sentado en un asiento sólo. Frente a él, un chico de musculosa, con un cuerpo trabajado pero no mucho. Con cara de actor de serie norteamericana para adolescentes, pero no tanto. Antonio lo miro todo el viaje. Y al llegar a una parada, cuando el chico se bajó, Antonio acabo con sus pantalones puestos. Pensó que algo se había roto. Se asustó. Su pantalón se mancho. Antonio bajó en la siguiente parada y entro al baño del subte. Se miro. Estaba todo bien. Luego de eso, comenzo a masturbarse pensando en el chico del subte mucho meses más. Para Antonio, hoy de 34 años, esa fue su primera vez.
Hoy son todos tan felices como vos y yo.
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