domingo, febrero 03, 2008

Último mail

De Marcos (mirco_79@xxx.com)
a Sergio (Porveporsiempre78@xxx.com)

Hola. Te escribo porque, bueno, hoy tuve noticias tuyas después de veinte días que no aparecías. Y la verdad es que no fue la mejor forma de saber de vos. Mi vieja recibió la invitación del casamiento. En la tarjeta dice familia, asi que te agradezco porque veo que también tuviste la delicadeza de invitarme. Pensé que habías viajado por trabajo, así que no me esperé semejante notición que sólo un párvulo estúpido como yo podría no haber visto venir.

Pensar que hace 28 días estábamos fumando en mi balcón, te acordas? me tenías de atrás besándome el cuello? Y pasó Vanina y te tuviste que tapar la boca para no largar la carcajada cuando te dije que tenía el culo más inmenso del barrio, culo de mandril. Y ahora va a tener que meter ese culote en un ajustado traje de novia. En definitiva, no esperaba algo muy distinto de tu parte. Nada valiente salió nunca y esta ocasión no tenía porqué ser la excepción. Pero como ya fui un pelotudo mucho tiempo y muchos pelotudos me cagaron meses y meses de mi vida, decidí por mi sanidad mental que vos vas a hacer el último. La vida es una tómbola, y vos te sacaste el premio.

La cuestión es ésta, ya que no te quiero quitar más tiempo teniendo en cuenta que sólo quedan sesenta días antes del casamiento. Dos cosas: En principio, con la llegada de la invitación doy por terminado cualquier cosa que hayamos tenido nosotros. Es evidente que vos lo terminaste antes, pero ésta es mi oficial renuncia. En segundo término, y dado que has demostrado lo cagón que sos, pretendo jugar un poco con esa debilidad. Pero, ponete contento, sólo por un tiempo, sólo por sesenta días. No pienso interponerme en nada que esté consumado, pero hasta que el juramento no sea legal, sólo te informo que ante la más mínima oportunidad de cagarte la vida no pienso dudarlo ni un segundo.

No desesperes, la idea es ésta. Te tengo completamente agarrado de las pelotas: fotos, mails, etc. Pero no voy a salir desesperado a hacer nada. Voy a esperar. Si en éstos sesenta días que tengo por delante me levanto de mal humor; el pelo se me levanta por la humedad; se me ensucia el pantalón blanco con una mancha que no sale; mi jefe me hace quedar después de hora un par de veces; ningún chongo se me acerca en el pub o cualquier cosa que modifique el delicado equilibrio que dejaste tras la partida, le mando un mail a la culona con las fotos y un par de frases que te animaste a escribir en esas noches de calentura infernal que decías tener por mí.

Pero la obsesión es un juego de niños y ésta es una etapa que yo quiero superar por completo. Es por eso que te repito: si en éstos sesenta días que faltan para el casamiento no escuchás nada de mí, estate seguro que esas fotos y esas frases serán cosas de las que nunca te vas a tener que preocupar. Pero en éstos sesenta días, los que tenés por delante, me pareció interesante que además de todas las preocupaciones que debés tener, le sumes a la posibilidad de que la novia se entere de tu frenesí al cogerte repetidas veces al vecino de la otra cuadra o de lo mucho que te gustaba chupar (Hay fotos ¿te acordas? Vos las pediste).

De vuelta, entiendo que quizá estés siendo castigado por un montón de otros boludos que se suman a la manga de hijos de puta que jugaron conmigo, pero la verdad, es que sos uno de esos. Y alguno iba a terminar pagando en definitiva. No te quito más tiempo. O nos estamos viendo en los próximos sesenta días o no te pienso ver más en toda mi vida.

Espero que si todo sale bien, bueno, que seas feliz, y que no pienses en mí cuando se la estés dando por ese culo inmenso y deforme. Por último, en esos momentos en los que dudabas si eras puto o qué eras (Lloraste ¿te acordas?), bueno, intentaba ser condescendiente diciéndote que no, qué sólo eran ganas de experimentar. La verdad, y sobre esto tengo vasta experiencia, es que estás a dedo, dedo y medio de que te rompan el culo, así que Vanina tiene un futuro por delante... maravilloso.

Que seas feliz, y que hagas feliz a mucha gente.

Abrazo fraterno, Marcos.